sábado, 15 de octubre de 2011

Desde el silencio del adiós...


La última lección de Miguel Ángel Granados Chapa es la del valor. Su fortaleza para despedirse sin más preámbulo que el de manifestar una convicción definitiva es una lección más de quien muchos llamamos maestro, hayamos tenido o no la suerte de compartir con él un salón de clase en calidad de discípulos. Su último juicio escrito público, o mejor dicho su última columna en un diario de la ciudad de México desde el cual hacía tañer la conciencia nacional, es otro ejemplo de su probidad como periodista. Uno más y quizá de menor significancia que otros paradigmas que nos mostró a lo largo de su muy fructífera carrera, pero que es muestra clara de su pasión por México: analiza la propuesta del senador Beltrones para crear gobiernos de Coalición, a la que reconoce la posibilidad de llegar a “mitigar las lastimosas condiciones de vida de nuestro país”. Reconoce en quienes apoyan esta iniciativa una cierta sensibilidad social cuando les dice que todos ellos conocen la terrible situación en que nos hallamos envueltos a la cual compara con aquél gran tango “Cambalache” y aun así externa su deseo, al que llama ingenuo y pueril, de que nuestro país pueda salir de la pudrición, la cual, subraya, “no es destino inexorable”. Son estos juicios, esta capacidad de análisis, estos puntos de vista críticos y, a la vez, esperanzadores, los que echaremos a faltar porque es una voz única e insustituible, como pocas hay. Y ese silencio que representa su adiós será, sin duda, lastimoso en la medida en que perdemos un faro y curativo en cuanto que se despidió con la convicción de la esperanza de un país mejor.

Sergio Hernández Gil